Pareja ha festejado el día de San Isidro Labrador, celebración tradicional de los agricultores parejanos en la que desde tiempo inmemorial se bendecían las tierras de labranza. En la mañana de hoy, y después de la misa, el Santo salía en procesión por las calles de la localidad, haciendo una primera parada en la Plaza de la Puerta del Sol para continuar después, por la Plaza de la Reina María Cristina, hasta la Plaza Mayor.
Allí, el párroco local, Javier Lucía, detuvo la procesión para, en primer lugar, y como correspondía al día del Santo, bendecir la Olma nueva de Pareja, cuyas raíces ya profundizan en lo hondo de la tierra parejana. También bendijo la Plaza Mayor, cuya remodelación integral ha terminado hace unos días y que ya luce su porte impecable para uso y disfrute de los ciudadanos.
Además de renovarse por completo el pavimento de la Plaza con adoquines -unos 1500 metros cuadrados- respetando su estilo tradicional castellano, y previa renovación de redes de agua, también se ha mejorado considerablemente la iluminación de todo el conjunto, con nuevas farolas de bajo consumo y mayor iluminación, dos nuevas farolas de columna, y con la iluminación ornamental del Palacio de los Tenajas.
La Plaza, en la que se han eliminado bordillos y barreras arquitectónicas, es totalmente peatonal, y se ha completado con la plantación de cuatro madroños en los lados de la “pista de baile” en cuyo centro se ubica La Olma, que cuenta con un nuevo poyo de piedra a su alrededor. También se han instalado nuevos bancos y mobiliario urbano.
“Estamos muy satisfechos del acabado de la Plaza, una actuación necesaria que nos aporta, además de la mejora de los servicios municipales, también un notable embellecimiento para mostrar nuestro encanto histórico y monumental desde el mismo corazón de Pareja”, valora Javier del Río, alcalde de Pareja. Imagen que se ve mejorada con las obras realizadas en las fachadas y cubiertas de los edificios que rodean la plaza, “lo que también agradecemos a sus propietarios”, prosigue. Y es “que queremos que la plaza siga siendo el lugar ideal de encuentro entre parejanos y de bienvenida a visitantes”, termina.
La celebración matinal terminó con el tradicional vino español que antiguamente ofrecía la desaparecida hermandad de labradores de Pareja. Por la tarde, la Asociación de Jubilados, ataviados de labradores, ofreció a los asistentes rosquillas y agua de anís, mientras sonaban las dulzainas que animaron a los parejanos y parejanas a echar algún que otro baile.